
Comenzamos esta carrera cual encierro de San Fermín, ya que en la primera curva nos encontramos con la primera embestida tras el brutal choque entre Massa y Magnussen. Esto originó un pequeño cambio de estrategias entre las escuderías tras la salida del Safety Car, escogiendo entre dos y tres paradas.
Pero todavía la carrera nos guardaría más sorpresas. La magia esta vez corrió por parte del piloto inglés. Ya que tras el accidente de ayer sucedido durante la clasificación se vio obligado a salir desde el último puesto de la salida. A pesar de esto, nos ofreció una magnífica carrera consiguiendo acabar en una meritoria tercera plaza.
Está claro que en Alemania hemos cambiado de anfitrión, hemos pasado del apabullante Vettel al tranquilo Nico, que ya se está acostumbrando a pilotar desde la primera plaza.
Los William siguen dando una de cal y otra de arena, Massa boca abajo y Bottas boca arriba; siendo la sorpresa del campeonato posicionándose entre los dos Mercedes.
Respecto a los Red Bull, todo sigue igual, Vettel se conforma quedar por encima de Alonso y Ricciardo ha dado una lección de compañerismo.
Por otra parte, los Ferrari siguen con su lucha de acabar las carreras dignamente. Alonso aportando la emoción una vez más con su pique con Vettel. Raikonen con su inmutable frialdad de sólo querer acabar la carrera, a pesar de estar involucrado en todas las batallas pero sin salir victorioso de ninguna de ellas.
Cuando creíamos que todo estaba acabado, el Toro Roso de Kviat acabó rodeado en llamas, mostrando su rabia por no acabar la carrera.
Pero esto no era todo, la escudería Sauber, como si de un móvil se tratara, se quedo sin batería a falta de las últimas vueltas. Esperando todos otro SC acabamos viendo a cuatro comisarios cruzando la pista retirando el coche.
Después de todo esto, sólo nos quedó ver como Nico volvía a hacerse con el podio, seguido de un magnífico Bottas y un mágico Hamilton.