
Tristeza, pena, desconsuelo, amargura… Esto es lo que siente el fútbol hoy. Nunca podré comprender cómo un deporte puede traspasar las barreras de lo humano. Cómo un espectáculo en el que todos los aficionados vamos a disfrutar, puede acabar en peleas, guerrillas… o peor, acabando con la vida de un ser humano.
Francisco Romero Taboada, aficionado del Dépor de 43 años, ha fallecido hoy al ser golpeado y arrojado al río Manzanares. ¿Esto es fútbol? Y no es un caso aislado el de que una persona convierta una afición en una religión, el fanatismo en asesinato… pero se están pagando precios muy altos por defender algo que al fin y al cabo es sólo fútbol. Ya en 1992 un niño de 13 años murió en el estadio de Sarriá al impactarle una bengala en el pecho, o en 1984 un policía nacional que intervenía en una discusión entre alevines es asesinado a base de golpes, y si se mira en la hemeroteca del fútbol por desgracia encontramos más casos así.
A mí me enseñaron de niño que este deporte consistía en un 11 con 11 y una pelota de por medio, y el equipo que más goles marcaba en la portería del rival ganaba. Luego yo me iba para casa contento si mi equipo ganaba y desanimado si no era así, pero nada que no se resolviera con una buena cena y durmiendo toda la noche, ya que mañana sería otra día.
Es una pena que haya gente que aproveche estos espectáculos para provocar este tipo de enfrentamientos, y enseñar lo que realmente son, asesinos, porque si son capaces de acabar la con vida de alguien por fútbol, son capaces de hacerlo en cualquier otra ocasión más trivial, y no me cansaré de decir que son asesinos, que esto no es fútbol, que no representan la camiseta del equipo que llevan y que no solamente sobran en un estadio, sino que sobran de este planeta.